Historia

Aunque la primera referencia documental que habla de la existencia de nuestra cofradía data del 2 de diciembre de 1306, lo que se redacta en dicho documento es la concesión de un privilegio real que confirmaba una nueva ordenanza añadida a las que ya tenían, por lo tanto, la antigüedad es mayor.

Además en otro documento del siglo XVI, los cofrades ponen de manifiesto su consciencia ante esta antigüedad, diciendo textualmente "el dicho cabildo de mareantes era una hermandad y cofradía de más de quinientos o seiscientos años que se había instituido".

También sabemos que en el siglo XI ya estaba edificada la primera sede de esta Cofradía, que no es otra que la Ermita de San Martín, pues así figura en varias escrituras de 1068 que constatan la existencia del edificio con su cementerio y ámbito espacial poblado.

Dista mucho el actual término de "cofradía" del que por entonces (siglo XI) se entendía, pues la cofradía era una hermandad o asociación vecinal que gobernaba la parroquia, que era la célula básica de convivencia, cuyos límites muchas veces coincidían con los del propio concejo.


 

Pese a que los cofrades celebraban varias reuniones al cabo del año, la más importante tenía lugar el 11 de noviembre de cada año, día de San Martín, ya que en ella se elegía a los encargados de gobernar la cofradía. Debido a un acta de junta celebrada este día en 1656 sabemos que el órgano de gobierno estaba constituido por un Alcalde de Mar, un Procurador General, cuatro Diputados y dos Pregoneros y Mayordomos. Estaban obligados a aceptar sus cargos prestando juramento, pues de lo contrario podían ser expulsados de la cofradía.

Actualmente, seguimos subiendo cada 11 de noviembre a nuestra Ermita de San Martín, como lo hacían los primeros cofrades, para rendir homenaje a cuantos han pasado por allí.

 

De las especies capturadas desde la Edad Media: sardina, congrio, mero, bacalao o ballena, que fue muy importante, la de mayor fama en todo el reino fue el besugo. Esta pesquería que se iniciaba en el mes de noviembre hasta febrero, era la más rentable, pero también muy peligrosa dado que se alejaban hasta 50 o 60 kilómetros de la costa en pleno invierno. Tanto era así, que se quedaba un hombre de cada embarcación en la villa para poder celebrar las honras a algún cofrade si muriese durante la costera.

 
 

En la Cofradía de Pescadores de San Martín hacemos mucho hincapié en la labor de las mujeres pescadoras. Ya fuesen rederas, panchoneras, mesquiteras o regatonas, sin ellas sería imposible todo el trabajo a realizar antes y después de la llegada a tierra de las capturas. Bien porque eran responsables de la confección de los artes de pesca o bien porque debían encargarse de las labores de venta del pescado.


Hoy las cofradías de pescadores, aunque conserven tal denominación de "cofradía" son sin embargo, desde un punto de vista legal, instituciones sujetas a una legislación bien distinta a aquella por la que tanto lucharon durante siglos los cofrades de San Martín. Pero tenemos la certeza de que en cada uno de los actuales hombres de mar de esta villa se conserva el mismo espíritu, el mismo orgullo de ser pescadores de Laredo, capaces como aquellos que entonces desafiaron con sus barcos y sus velas al viento del Noroeste de superar, hoy, los desafíos del presente.

Bibliografía: La Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo; Historia de una institución milenaria, por Baldomero Brígido Gabiola y Javier Ortíz Real, año 2001.